Inicialmente se aplicaba este término a la orientación que sostenía la existencia de los conceptos universales, independientemente del hecho de que tales conceptos sean pensados y de los nombres que les atribuyan los hombres. Dicha orientación se oponía al nominalismo y al conceptualismo. En el pensamiento moderno, a partir de Kant, el término indica aquella interpretación del mundo según la cual se admite la existencia de una cosa conocida independientemente de la actividad cognoscitiva.
sábado, 31 de enero de 2009
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