La agricultura ecológica, o sus sinónimos orgánica o biológica, es un sistema para cultivar una explotación agrícola autónoma basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados (OGMs) -ni para abono ni para combatir las plagas-, logrando de esta forma obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.
Los principales objetivos de la agricultura ecológica son:
- trabajar con los ecosistemas de forma integrada
- mantener y mejorar la fertilidad de los suelos
- producir alimentos libres de residuos químicos
- utilizar el mayor número de recursos renovables y locales
- mantener la diversidad genética del sistema y de su entorno
- evitar la contaminación a resulta de las técnicas agrarias
- permitir que los agricultores realicen su trabajo de forma saludable.
Esta agricultura se basa en el mantenimiento de la fertilidad del suelo incorporando abono orgánico u otros elementos, así como técnicas como la rotación de cultivos, el acolchado o cobertura del suelo con paja o hierba cortada, la siembra de leguminosas y el aporte de polvo de rocas.
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