La agricultura intensiva es un sistema de producción agrícola que hace un uso intensivo de los medios de producción.
Se puede hablar de agricultura intensiva en mano de obra, en insumos (equivalente en ocasiones al de materia prima) y en capitalización.
Ejemplos de agricultura intensiva, en mano de obra, son los cultivos de hortícolas, como el espárrago, que apenas está mecanizada.
Como ejemplo de agricultura intensiva en insumos nos encontramos con el cultivo de flores, que para llegar en perfectas condiciones al mercado requiere de un uso de fitosanitarios importante.
Los cultivos de capitalización intensiva son aquellos que requieren de un ambiente controlado y una inversión en capital muy fuerte, especialmente en instalaciones, como pueden ser un cultivo hidropónico en invernadero.
En este tipo de agricultura se producen cantidades inmensas en reducidos espacios, de un solo tipo de producto. Es utilizada en todos los suburbios de las áreas metropolitanas del mundo, pues con estos cultivos se pretende alimentar a la región metropolitana.
Se requiere fuerte uso de energía solar y de combustibles como petróleo y derivados; se aplican productos químicos como los fertilizantes tratados o los plaguicidas. Las características de la agricultura intensiva son:
- Con esta técnica se puede obtener mucha productividad de la tierra.
- Se cultiva un único tipo de semillas.
- Emplazada en llanuras con suelos ricos en nutrientes.
- Se utiliza mucha mano de obra humana.
- Con la aplicación de productos químicos se aumenta la productividad en muy poco tiempo.
- Se utilizan plaguicidas contra insectos u hongos perjudiciales.
- Se gastan enormes cantidades de energía.
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